
¿Cuándo tomasteis la
decisión de estudiar chino y cuál fue la razón?
Marina: Desde que supe que quería hacer traducción no sé por
qué pero sabía que quería hacer chino, lo veía como el idioma del futuro.
Ana: Desde poco antes de hacer la matrícula, me planteé
estudiar árabe pero lo descarté rápidamente. En realidad creo que ninguna somos
las típicas amantes del chino desde hace mucho tiempo.
¿Qué tal ha resultado
a experiencia de aprenderlo, mejor o peor de lo esperado?
Marina: Mejor, te sientes realizada al ver que puedes hablar
chino, ¡te crees que eres la caña! Ja ja ja. Estudiarlo es muy bonito, escribir
los caracteres y ver que quedan tan bien mola.
Ana: Además al llegar a China mejoras mucho.
¿Qué opináis de la
enseñanza del chino en nuestra facultad?
Marina: Pues que está fatal. Al
llegar aquí el primer día de clase nos preguntaron que cuánto tiempo llevábamos
estudiando chino, algunos decían que una semana o un mes o un año, y a nosotras
se nos caía la cara de vergüenza al decir que llevábamos cuatro años.
Ana: Es verdad que cuando teníamos
que leer o reconocer algo lo hacíamos más rápidamente que ellos, pero a nivel
oral no había casi diferencia. Cuando ellos han aprendido, primero les enseñaban
pinyin y ya cuando lo tienen bastante claro empiezan con los caracteres.
Nosotros en Granada no practicamos nada a nivel oral.
¿A qué os dedicáis en
China?
Marina: Vamos a clase de chino. El primer cuatrimestre
fuimos a un curso de lengua en la universidad (aprendíamos como en la facultad
de Traducción) pero este cuatrimestre cambiamos a una academia y estamos mucho
mejor. Aprendemos unas 20 palabras a la semana y las machacamos mucho hasta que
quedan bien memorizadas.
Ana: Además dos días a la semana estamos con una profesora
privada para practicar más conversación y cosas más útiles para poder
desenvolverte. Quiero ir al mercado y que me entiendan, “córtame el pollo,
pélame la piña”. Tenemos una vida muy china porque estamos mucho en contacto
con ellos.
¿Qué ha sido lo más
fácil y lo más difícil de esta experiencia?
Marina: Adaptarse a la forma de vida de ellos, sus modales
distan mucho de los nuestros, son más sucios en la calle (escupen mucho) y hay
mucho ruido todo el tiempo (tráfico, gritos).
Ana: Al principio nosotras éramos muy educadas y dejábamos a
la gente pasar por ejemplo. En España es “dejen salir antes de entrar”, aquí es
“maricón el último” así que ahora nos comportamos como ellos. Una vez que te
adaptas y estás instalada todo va sobre ruedas, pero al principio es todo difícil
(encontrar bici, piso, sacar dinero, los papeles del visado). Hacer amigos es
lo más fácil, algunos tienen en mucha estima a los occidentales y se desviven
por ayudarte, aunque otros pasan de ti como de cualquier otra persona.
¿La cultura china es
tal y como la imaginabais o habéis descubierto cosas que no os esperabais?
Ana: La gente no come bichos, sólo en algunos restaurantes y
sitios así. Lo de comer bichos tal vez sea más habitual en Pekín.
Marina: A mí me llama mucho la atención que la gente por la
noche sale a la calle y baila en grupos. En la rivera de un río se ponen grupos
con sus equipos de música a bailar, sobre todo gente mayor. El gobierno lo
quiere quitar porque es muy ruidoso.
Ana: Y también el taichí en medio de la calle, aunque sobre
todo por las mañanas.
¿Cuáles son vuestros
planes de futuro para el próximo curso?
Marina: Si me dan una beca del gobierno chino quiero hacer un
máster en inglés en Hangzhou. Si no me la dan también he escrito a muchas
empresas españolas en China solicitando prácticas. ¿Plan C? 沒有.
Ana: Este verano trabajaré como guía turística para
españoles en la provincia de Yunnan y lo ahorraré para hacer el máster si me dan la beca también y si no me quedaré aquí en Kunming. Hasta
octubre seguiré con el trabajo y la academia, tal vez me busque también una
familia con la vivir y estar de au pair o similar.
¿De qué manera os
gustaría usar vuestros conocimientos de chino en el mundo laboral (profesora,
traductora, intérprete…)?
Marina: Me gustaría ser intérprete chino-español de negocios. De gobiernos sería una pasada
pero es dificilísimo, el de negocios lo veo asequible. La traducción
audiovisual también me gusta, pero no hay demasiado mercado aún.
Ana: También me gustaría ser intérprete de negocios, aunque
la traducción literaria no estaría mal tampoco.
¿Qué es lo que más os
gusta de China?
Marina: La facilidad con la que se come, porque hay muchos
puestos en la calle de barbacoas o arroz y me sigue sorprendiendo. Muchos
tienen fotos y es fácil identificarlos. La comida está muy rica en general,
aunque hay que tener cuidado con el picante.
Ana: Igual por estar cerca de Vietnam la fruta es buena, por
ejemplo, en España te comes una fresa y está hueca, ¡aquí no!
Y la pregunta
obligada, ¿qué es lo que más echáis de menos de España?
Marina: Echo de menos la comida, el queso y el jamón serrano.
Nos mandan paquetes a menudo con chocolate también.
Ana: Y sobre todo la familia y lasmcostumbre españolas, como
la sobremesa y los horarios de las comidas.
Marina: Al haber conocido gente europea y norteamericana
echas de menos la forma de ser de los españoles también, aquí cada uno va a su
bola. Por ejemplo en navidad una amiga que considerábamos más cercana nos dejó
tiradas porque le ofrecieron un plan mejor, pero al final se acabó dando cuenta
de que eso no era lo más importante, sino estar con la gente que te importa.EXTRA: Repasando la entrevista con ellas, unas horas más tarde me contaron una nueva "gran" experiencia. Comiendo en un restaurante, al final de la comida les trajeron el postre. ¿Podéis adivinar lo que es?
Al principio pensaron que era plátano con yogur y Marina lo probó muy decidida, pero tras apreciar mejor el sabor y poner careto Ana se imaginó que igual no era plátano con yogur... ¡Era plátano con mayonesa! Estos chinos... >_<
Marina Fernández Pastor
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